in997-La-llama-que-nunca-se-apaga-El-alma-argentina-en-el-marcapáginas-Flor-de-Sepo

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Junio es la época en que los argentinos rendimos homenaje a la bandera nacional. Sobre las franjas azules y blancas, el "Sol de Mayo" aún brilla con la pasión de la Revolución de 1810. Y en esta tierra, otro tótem rojo brillante florece silenciosamente: la flor de Saipo, conocida como la "flor nacional", es como una llama empapada en el resplandor de la mañana, condensando el espíritu nacional en un pequeño marcador. Cada marcapáginas de flores de Saibo está grabado con tres fábulas: los cinco pétalos estirados son las alas de la libertad liberándose de los grilletes, el escarlata brillante es la sangre nunca extinguida de la lucha, y las venas de color blanco plateado que envuelven los estambres son como los ideales sagrados que fluyen en la bandera nacional. Cuenta la leyenda que durante la Guerra de la Independencia, los soldados ponían flores de sepia secas en sus diarios de campo de batalla. Cuando el humo llenó el aire, el color rojo se convirtió en un faro que guiaba el camino. Hoy, este marcapáginas encarnación vegetal que lleva la memoria nacional sigue marcando las coordenadas del coraje en el largo río del tiempo. Recuerda a cada lector: la verdadera libertad requiere una persistencia tan flexible como los pétalos, y la verdadera gloria requiere una fe tan ardiente como el color de las flores. Cuando las yemas de tus dedos acarician las aterciopeladas flores secas, es como si estuvieras tocando las puntadas del General Belgrano cosiendo la primera bandera nacional, y escuchando el sonido de los cascos del caballo del General San Martín cruzando la Cordillera de los Andes. Este pequeño marcador rojo es a la vez un marcador de la historia y una señal para el futuro. Nos dice: Algunas llamas nunca se apagarán mientras haya personas dispuestas a pasar el fuego.

June is the time when Argentines pay tribute to the national flag. On the blue and white stripes, the "May Sun" still shines with the passion of the 1810 Revolution. On this land, another bright red totem is quietly blooming – the sepia flower, known as the "national flower", is like a flame soaked in the morning glow, condensing the national spirit into a small bookmark. Each sepia flower bookmark is engraved with three allegories: the five stretched petals are the wings of freedom that break free from the shackles, the bright vermilion is the never-extinguished fighting blood, and the silver-white veins wrapped around the stamens are just like the holy ideals flowing on the national flag. Legend has it that during the War of Independence, soldiers put dried sepia flowers in their battlefield diaries. When the smoke was filled, the red color became a beacon to guide the direction. Today, this plant-incarnated bookmark that carries national memory continues to mark the coordinates of courage in the long river of time. It reminds every reader that true freedom requires perseverance as flexible as petals, and true glory requires faith as blazing as the color of flowers. When fingertips touch the velvety dried flowers, it seems as if you can touch the stitches of General Belgrano when he sewed the first national flag, and hear the sound of General San Martin's horse hooves crossing the Andes Mountains. This small red bookmark is not only a bookmark of history, but also a signpost of the future. It tells us that some flames will never go out, as long as there are people willing to be the hands that pass on the flame.