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Los colores más deslumbrantes en México en septiembre son el verde, blanco y rojo de la bandera nacional. Mientras los vítores del Día de la Independencia resuenan en la meseta, las etiquetas de equipaje con dibujos de cactus colocadas en las mochilas hablan silenciosamente de la filosofía de supervivencia que está grabada en los genes de esta nación. El tótem de un águila sosteniendo una serpiente y parada sobre un cactus en el centro de la bandera nacional proviene de la leyenda de los aztecas que cruzaron el desierto para establecer Tenochtitlan. Esta planta que puede sobrevivir en las grietas de las rocas enseñó a los mexicanos a usar la flexibilidad para luchar contra la dureza: su piel áspera retiene la humedad, sus espinas actúan como armadura y florece con flores de color rojo brillante en la sequía. Hoy en día, los viajeros colocan cactus en las etiquetas de su equipaje, no sólo para rendir homenaje a su tierra natal, sino también para llevar consigo esta sabiduría de la adversidad. Cada placa de metal temblorosa es un recordatorio: la verdadera tenacidad nunca crece en un invernadero. Al igual que durante la Guerra de Independencia del siglo XIX, los rebeldes usaban jugo de cactus para curar sus heridas; Al igual que los inmigrantes modernos cruzan la frontera con un simple equipaje y plantan nuevas raíces en una tierra extranjera. El sonido nítido de la etiqueta del equipaje al golpear la maleta es como el susurro de la brisa nocturna del desierto que pasa entre los arbustos de cactus: todo vagabundeo echará raíces en alguna parte. Al colocar este cactus en tu equipaje, recuerda que no sólo es un símbolo de tu viaje, sino también una declaración de vitalidad. Que cada momento difícil, como el tótem de la bandera mexicana, nos permita encontrar un punto de apoyo en la desesperación y dejar que las cicatrices florezcan en flores de gloria.

The most dazzling colors in Mexico in September are the green, white and red on the national flag. When the cheers of Independence Day resounded across the plateau, the cactus-patterned luggage tags pinned on the backpacks were silently telling the survival philosophy engraved into the genes of this nation. The totem of an eagle holding a snake in the center of the national flag originated from the legend that the Aztecs crossed the desert to establish Tenochtitlan. This plant that can survive in the cracks of the rocks taught Mexicans to use flexibility to fight against hardness – the rough skin locks in moisture, the thorns become armor, but it blooms bright red flowers in the drought. Today, travelers cast cacti into luggage tags, not only to pay tribute to their homeland, but also to carry this wisdom of adversity with them. Every shaking metal tag is a reminder: true tenacity never grows in a greenhouse. Just like during the War of Independence in the 19th century, the rebels used cactus juice to treat their wounds; just like modern immigrants carrying simple bags across the border and planting new roots in a foreign land. The crisp sound of the luggage tag hitting the bag is like the whisper of the desert night wind passing through the cactus bushes: all wandering will take root somewhere. When you pin this cactus on your bag, remember that it is not only a mark of the journey, but also a declaration of vitality. May every moment of wandering, like the totem on the Mexican flag, find a foothold in despair and let the scars bloom into flowers of glory.