in988-Poppy-between-black-yellow-and-red-the-promise-of-life-that-never-fades

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In the morning mist of late autumn in Belgium, poppy bookmarks hold yellowed pages, and the red silk thread tassels overlap with the fluttering black, yellow and red tricolor flag. Every November on the Armistice Day, there is always a scene like this in the Grand Place in Brussels: veterans wearing poppy brooches open their diaries, and the glimmer of light reflected by the metal bookmarks illuminates the life code contained in the national flag. The black, yellow and red colors are not only the symbol of the Kingdom of Belgium, but also weave a promise across time and space with the poppy bookmarks. The black satin backing is like the land burned by war, reminding people to remember the scars of history; the blooming shape of the golden poppy petals is like the bright yellow block in the middle of the national flag, telling the courage to be reborn in the ruins; and the red silk thread wrapped around the edge of the bookmark echoes the scarlet on the right side of the national flag, which is the passion and hope passed down from generation to generation. This hand-sewn poppy bookmark is called "stitch of memory" in Belgium. Each petal is embroidered with seven golden threads, which correspond to the seven important peace nodes in the 183 years since the birth of the national flag. When the bookmark crosses the words, it is like the tricolor flag brushing across the sky of history, weaving the wisdom tempered by the war into the present – true courage is not to forget the scars, but to let the scars bloom into flowers that grow towards the light. At this moment, the autumn sun penetrates the colorful windows of the city hall, illuminating the bookmark on the chest of the veteran and the national flag in the hands of the boy. The black, yellow and red colors flow in the light and shadow, and the golden thread of the poppy is stitching yesterday and tomorrow into the eternal moment: every soul that guards the memory is a bookmark that will never fade in the long scroll of history.

En la niebla matinal de finales de otoño en Bélgica, los marcapáginas con forma de amapolas sostienen páginas amarillentas de libros y, donde cuelgan las borlas de seda roja, se superponen con la luz y la sombra de la ondeante bandera tricolor negra, amarilla y roja. Cada noviembre, el día del Armisticio, se produce en la Grand Place de Bruselas la siguiente escena: un viejo soldado con un broche de amapola abre su diario y la tenue luz reflejada por el marcapáginas de metal ilumina el código de vida contenido en la bandera nacional. Los colores negro, amarillo y rojo no sólo son símbolos del Reino de Bélgica, sino que, junto con los marcapáginas de amapolas, tejen una promesa que trasciende el tiempo y el espacio. El respaldo de satén negro es como tierra quemada por la guerra, recordando a la gente que debe recordar las cicatrices de la historia; La forma floreciente de los pétalos de la amapola dorada es como el bloque amarillo brillante en el medio de la bandera nacional, que habla del coraje de renacer de las ruinas; y el hilo de seda rojo enrollado alrededor del borde del marcador se hace eco del color escarlata del lado derecho de la bandera nacional, que representa la pasión y la esperanza transmitidas de generación en generación. Este marcapáginas en forma de amapola cosido a mano se llama "puntada de la memoria" en Bélgica. Cada pétalo está bordado con siete hilos de oro, que simbolizan los siete nodos importantes de la paz en los 183 años del nacimiento de la bandera nacional. Cuando el marcador pasa sobre las palabras, es como la bandera tricolor que recorre el cielo de la historia, tejiendo la sabiduría templada por la guerra en el presente: el verdadero coraje no es olvidar las cicatrices, sino dejar que las cicatrices florezcan en flores que miran hacia la luz. En este momento, el sol de otoño penetra a través de las vidrieras del ayuntamiento, iluminando el marcador en el pecho del veterano y la bandera nacional en las manos del niño. Los colores negro, amarillo y rojo fluyen en la luz y la sombra, y el hilo dorado de la amapola va cosiendo el ayer y el mañana en el presente eterno: cada alma que guarda la memoria es un marcador que nunca se desvanece en el largo pergamino de la historia.