in994-La-columna-vertebral-del-cactus-la-filosofía-de-la-supervivencia-en-el-emblema-mexicano

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En el centro de la bandera mexicana, un cactus sostiene un tótem de águila, que es el código de supervivencia más antiguo de esta tierra. Cuenta la leyenda que después de vagar durante cien años, los aztecas finalmente vieron un cóndor sostenía una serpiente sobre un cactus en el lago salado y construyeron la ciudad de Tenochtitlán. Este emblema no sólo registra el origen de la civilización, sino que también esconde la vitalidad del pueblo mexicano que sabe penetrar el sufrimiento. Las raíces del cactus pueden penetrar profundamente en las grietas de las rocas para absorber agua, y las espinas pueden construir una armadura bajo el sol abrasador. Incluso si se cortan las ramas, el jugo puede curar las heridas y crear un oasis en las zonas áridas. Así como México ha vivido la colonización, los terremotos y las crisis existenciales, todavía sigue reconstruyendo sus hogares entre cenizas volcánicas y ruinas. El águila de la bandera nacional no es un conquistador que extiende sus alas, sino un águila despierta que vive en simbiosis con el cactus: enseña a la gente que la verdadera fuerza está en aprender a coexistir con las dificultades. Bajo las gigantescas esculturas de cactus de la Ciudad de México contemporánea, los jóvenes a menudo usan pintura en aerosol para reescribir los grafitis de los narcotraficantes, y los artistas pintan murales coloridos en paredes acribilladas a balazos. Esta tierra donde nació Frida Kahlo siempre ha creído que el dolor puede forjar una belleza más resistente. Cuando se iza la bandera nacional en el Día de la Independencia, el tótem del cactus recuerda a todos los mexicanos: no estamos esperando que pase la tormenta, sino aprendiendo a florecer en la tierra salino-alcalina. La columna vertebral del cactus sostiene el cielo de toda la nación, así como la tenacidad de cada vida ordinaria eventualmente tallará anillos inmortales en el tiempo.

In the center of the Mexican flag, the totem of a cactus holding up an eagle is the oldest survival code of this land. Legend has it that after wandering for a hundred years, the Aztecs finally saw a condor holding a snake on a cactus in the salt lake and built the city of Tenochtitlan. This emblem not only records the origin of civilization, but also hides the vitality of the Mexicans to penetrate suffering. The roots of the cactus can penetrate deep into the cracks of the rocks to absorb water, and the thorns can build armor under the scorching sun. Even if the branches are cut off, they can use juice to heal wounds and support an oasis in the barren place. Just as Mexico has experienced colonization, earthquakes and survival crises, it is still rebuilding its home between volcanic ash and broken walls. The eagle on the national flag is not a conqueror with wings spread high, but an awakener who coexists with the cactus – it teaches people: true strength is to learn to coexist with difficulties. Under the giant cactus sculptures in contemporary Mexico City, young people often use spray paint to rewrite drug dealers' graffiti, and artists paint colorful murals on bullet-hole walls. This land where Frida Kahlo was born always believes that pain can forge a more resilient beauty. When the national flag is raised on Independence Day, the cactus totem reminds every Mexican: we are not waiting for the storm to pass, but learning to bloom in the saline-alkali land. The backbone of the cactus supports the sky of the entire nation, just like the tenacity of every ordinary life, which will eventually carve immortal rings in time.