in998-La-nación-en-la-medalla-coraje-y-solidaridad-que-nunca-se-desvanecen

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Cada 12 de octubre, las calles de España se llenan de un mar de banderas rojas y amarillas para conmemorar el camino hacia la integración de civilizaciones abierto por el viaje de Colón. La bandera nacional y el emblema nacional de este país no sólo son símbolos de identidad, sino que también están grabados con códigos espirituales transmitidos de generación en generación. Entre las tres franjas de color de la bandera española, el rojo simboliza la sangre de los guerreros y el amarillo la fertilidad de la tierra. El escudo heráldico en el centro del emblema nacional, con elementos como castillos, leones y cadenas, encarna la unidad de los cinco grandes reinos de la Edad Media. Lo más llamativo es la corona que remata el escudo, que no sólo es símbolo de la familia real, sino también metáfora de la gloria con la que todo español se corona con su lucha. En esto se basa el diseño de las medallas que lucen los atletas españoles en los Juegos Olímpicos. El emblema del escudo está fundido en tres dimensiones y las cadenas enredadas se transforman en ramas de olivo, simbolizando la tenacidad para romper los grilletes. Cuando los atletas suben al podio, lo que llevan puesto no es sólo la gloria del metal, sino también el carácter templado por toda la nación al conquistar el mar y revivir la civilización: una creencia tan sólida como un castillo, un coraje tan intrépido como un león y un espíritu de cooperación como cadenas entrelazadas. Las banderas nacionales ondeantes y las medallas brillantes en este momento dicen la misma verdad: la verdadera gloria no reside en el escudo de armas en sí, sino en el poder de cada persona común de convertir los símbolos en acciones. Cuando nosotros, como nuestros antepasados, regamos nuestros ideales con pasión y construimos el futuro con trabajo en equipo, cada uno puede tallar el emblema de su propio reino en la medalla de la vida.

Every October 12th, the streets of Spain are filled with red and yellow flags, commemorating the road of civilizational integration opened by Columbus's voyage. The national flag and national emblem of this country are not only symbols of identity, but also engraved with spiritual codes passed down from generation to generation. In the three-color stripes of the Spanish flag, red symbolizes the blood of warriors, and yellow represents the fertility of the land. The heraldic shield in the center of the national emblem, with elements such as castles, lions and chains, embodies the unity of the five major kingdoms in the Middle Ages. The most eye-catching is the crown on the top of the shield, which is not only a symbol of the royal family, but also a metaphor for the glory of every Spaniard who crowns himself with struggle. In the Olympic arena, the design of the medals on the chests of Spanish athletes is derived from this. The shield emblem is cast in three dimensions, and the winding chains are transformed into olive branches, implying the tenacity of breaking through shackles. When athletes stand on the podium, they wear not only the glory of metal, but also the character of the entire nation tempered in conquering the sea and reviving civilization: a belief as solid as a castle, a courage as fearless as a lion, and a spirit of cooperation like chains interlocking one another. The flags flying and the medals shining at this moment are telling the same truth: the real glory lies not in the emblem itself, but in the power of every ordinary person to transform the symbol into action. When we, like our ancestors, water our ideals with passion and build the future with teamwork, everyone can carve their own kingdom emblem on the medal of life.