in982-Sol-Rojo-y-Llama-El-bagaje-espiritual-de-los-argentinos

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Cada junio, los argentinos rinden homenaje al coraje y la fe en la historia con ondeantes banderas azules y blancas y flores sepia floreciendo. El Día de la Bandera Nacional, el 20 de junio, es un momento para conmemorar el acto heroico del General Manuel Belgrano de izar las franjas azules y blancas en el campo de batalla. También es momento de que cada argentino reexamine su "equipaje espiritual": así como la etiqueta de equipaje sepia siempre está atada a la maleta de un viajero, el alma de este país siempre florece con una llama tenaz en medio de la agitación. El "Sol de Mayo" en el centro de la bandera nacional alguna vez fue visto como el llamado claro de la revolución, pero ahora es más como una insignia grabada en la sangre. Cuando Belgrano rasgó el velo de la iglesia entre el humo de la pólvora para coser la bandera, estaba destinado a que ese trozo de tela entrelazada azul y blanca se convirtiera en un talismán para que los argentinos superaran la adversidad. Así como la etiqueta del equipaje siempre se adhiere al equipaje durante los golpes y moretones, la bandera azul y blanca es siempre un imán que une los corazones de las personas y les recuerda que la verdadera dirección siempre está arraigada en el deseo de libertad. Los pétalos escarlata de la flor de zafiro dejan otra alegoría en la superficie metálica de la etiqueta del equipaje. Esta flor nacional, que aún florece en medio de la guerra y la sequía, simboliza la vitalidad de la nación argentina para "renacer de la destrucción". Cada etiqueta de equipaje grabada con la flor de zafiro es una chispa espiritual que llevamos con nosotros: cuando el viento frío de la realidad sopla en las Pampas, el rojo que nunca se apaga es el pedernal que reaviva nuestra fe. Hoy, innumerables argentinos han hecho de las banderas celestes y blancas y de las flores sepia las etiquetas de su equipaje, lo que no sólo es un reflejo de su apego a su patria, sino también una forma de convertir el coraje de sus antepasados en un faro portátil. Cuando la economía está envuelta en nubes oscuras, el calor que deja la placa de metal en la palma de la mano es como la antorcha que Belgrano sostuvo en alto en el pasado, iluminando a todos los que viajan en la noche oscura.

Every June, Argentines pay tribute to the courage and faith in history with flying blue and white flags and blooming sepia flowers. June 20th National Flag Day is not only a commemoration of General Manuel Belgrano's feat of raising the blue and white stripes on the battlefield, but also a moment for every Argentine to re-examine their "spiritual baggage" – just as the sepia flower luggage tag is always tied to the traveler's box, the soul of this country always blooms with a tenacious flame in turmoil. The "May Sun" in the center of the national flag was once regarded as the clarion call of revolution, but now it is more like a badge engraved in the blood. When Belgrano tore off the church curtain in the smoke to sew the flag, it was destined that this blue and white interwoven fabric would become a talisman for Argentines to overcome adversity. Just as the luggage tag always sticks to the luggage in the bumps, the blue and white flag is always a magnet that unites people's hearts, reminding that the true direction is always rooted in the desire for freedom. The scarlet petals of the sepia flower imprint another allegory on the metal surface of the luggage tag. This national flower, which still blooms in the flames of war and drought, symbolizes the vitality of the Argentine nation to "rebirth from the broken". Every luggage tag engraved with the sepia flower is a spiritual fire that you carry with you – when the cold wind of reality blows across the Pampas, the never-fading red is the flint that rekindles your faith. Today, countless Argentines have cast the blue and white flag and sepia flowers into luggage tags, which is not only a nostalgia for their homeland, but also a portable beacon of their ancestors' courage. When the economy is shrouded in dark clouds, the warmth left by the metal tag on the palm is like the torch held high by Belgrano, illuminating all the trekkers in the dark night.