in995-Sacacorchos-español-abre-la-celebración-de-la-vida-con-valentía

▼

Bajo el sol mediterráneo, los colores rojo y amarillo de la bandera española son como llamas fluyendo. Las Columnas de Hércules del emblema nacional sostienen los tótems de los cuatro países en el escudo. Este símbolo que lleva la epopeya de la navegación ahora tiene la forma de un abridor de botellas y, con un nítido "clic", se convierte en la llave para iniciar la celebración. El dibujo en espiral del sacacorchos es similar al relieve de la columna del escudo nacional español. Cuando la punta de metal perfora el corcho, es como la hazaña de los navegantes al atravesar el Estrecho de Gibraltar en el siglo XVI. Esta herramienta aparentemente sencilla es en realidad la encarnación del espíritu ibérico: usar la voluntad tenaz para superar las dificultades y usar la sabiduría para abrir oportunidades cerradas. Al igual que Don Quijote en las obras de Cervantes, sabía que los molinos de viento eran invencibles, pero aún así levantó obstinadamente su lanza. Los españoles modernos han integrado este espíritu en su filosofía de vida. Cuando las fiestas de San Isidro volvieron a las calles después de la epidemia, cuando la gente usaba sacacorchos para abrir el jerez, la superficie del metal reflejaba no solo el néctar dorado que fluía, sino también una celebración de la ruptura de la neblina de tres años. El castillo y el león del escudo del emblema nacional se transforman en una fuerza que rompe obstáculos a medida que gira el sacacorchos. Toda vida necesita un sacacorchos como este: acumular energía potencial rotacional en el cuello de botella y encontrar un punto de apoyo en el dilema aparentemente hermético. Al igual que la llave dorada que sostiene un ángel en el mural de la cúpula del Palacio Real de Madrid, cuando usamos el coraje como nuestra espada, cada boca de botella bien cerrada acabará convirtiéndose en una puerta a una celebración de alegría.

Under the Mediterranean sun, the red and yellow colors of the Spanish flag are like flowing flames. The Pillars of Hercules on the national emblem support the totems of the four countries in the shield. This symbol carrying the epic of navigation is now cast into the shape of a bottle opener. With a crisp "click", it becomes the key to open the celebration. The spiral pattern of the bottle opener coincides with the relief of the column decoration of the Spanish national emblem. When the metal tip pierces the cork, it is like the feat of the navigator breaking through the Strait of Gibraltar in the 16th century. This seemingly simple tool is actually the embodiment of the Iberian spirit – drilling through difficulties with tenacious will and prying closed opportunities with wisdom. Just like Don Quixote in Cervantes's works, he still stubbornly raised his spear even though he knew that the windmill was invincible. Modern Spaniards have integrated this spirit into their philosophy of life. When the San Isidro Festival reappeared on the streets after the epidemic, people used bottle openers to unscrew sherry. The metal surface reflected not only the flowing golden nectar, but also the celebration of breaking through the three-year haze. The castle and lion on the shield of the national emblem become the power to break through obstacles in the trajectory of the corkscrew. Every life needs such a corkscrew: accumulating rotational potential energy at the bottleneck and finding a fulcrum in the seemingly airtight dilemma. Just like the golden key held by the angel in the mural on the dome of the Royal Palace of Madrid – when we use courage as a blade, every tightly closed bottle mouth will eventually become a door to a celebration of joy.