in992-La-columna-vertebral-de-la-nación-en-la-insignia-de-oro-fundido

▼

Entre las ondas carmesí y doradas de la bandera española, salta la llama forjada por miles de años de civilización. El escudo en el centro del emblema nacional está grabado con la corona de Castilla, el león de León y las franjas rojas y amarillas de Aragón. Estas tres medallas históricas, como perlas, encarnan la valentía inquebrantable de la Península Ibérica. Lo que realmente hace brillar a este emblema es la corona en la parte superior del escudo que se abre hacia las estrellas: no es solo un símbolo de poder, sino también una coronación eterna de excelencia. El resplandor dorado de la Medalla del Deporte Español interpreta esta herencia espiritual. El relieve de doble columna de Hércules en el reverso de cada medalla es al mismo tiempo una antigua leyenda que custodiaba el Estrecho de Gibraltar y una alegoría moderna de la ruptura de los límites humanos. Cuando los atletas levantan sus medallas bajo el sol mediterráneo en los Juegos Olímpicos, el lema «PLUS ULTRA» (Más allá del límite), grabado en el pergamino sostenido por dos columnas, se convierte en un código genético transmitido de generación en generación en el linaje nacional. Desde los caballeros de sangre férrea de la Reconquista hasta los navegantes que conquistaron los siete mares, el espíritu de las medallas en los huesos de los españoles nunca se ha desvanecido. Las medallas de hoy no son sólo un testimonio de honor, sino también una especie de promesa fundida en oro: cuando la seda roja de la bandera nacional pasa por el podio y el león del emblema nacional sostiene su cabeza en alto sobre la medalla, cada luchador se convierte en una medalla viviente que construye un monumento nacional. Este pequeño tótem de metal siempre despierta el deseo infinito de conquista y el poder de la unidad.

Between the crimson and gold waves of the Spanish flag, there leaps the flame tempered by a thousand years of civilization. The shield in the center of the national emblem is engraved with the Crown of Castile, the Lion of León and the red and yellow stripes of Aragon. These three pearl-like historical medals embody the Iberian Peninsula's never-give-up bravery. What really makes this emblem shine is the crown on the top of the shield that opens to the stars – it is not only a symbol of power, but also an eternal coronation of excellence. The golden light of the Spanish Sports Medal interprets this spiritual heritage. The Hercules double-column relief on the back of each medal is both an ancient legend guarding the Strait of Gibraltar and a modern allegory of breaking through human limits. When athletes hold their medals to the Mediterranean sun at the Olympic Games, the motto "PLUS ULTRA" on the scroll held up by the double columns is turning into a genetic code passed down from generation to generation in the blood of the nation. From the iron-blooded knights of the Reconquista to the navigators who conquered the seven seas, the medal spirit in the bones of the Spanish has never faded. Today's medals are not only a testimony of honor, but also a pledge cast in molten gold – when the red silk of the national flag passes over the podium and the lion of the national emblem holds its head high on the medal, every striver becomes a living medal that builds a national monument. This metal totem in a small space always stirs up the endless desire for conquest and the power of unity.